jueves, 5 de junio de 2014
CARACTERÍSTICAS DE LA ORALIDAD
Algunas de las características de la oralidad son la relación emisor-texto receptor,esta varía entre los discursos orales y el escrito,relacionado fundamentalmente a la ausencia física del emisor en la situación de lectura, que le otorga entre otras una autonomía al lector que no tiene el oyente. El productor de un texto escrito puede planificar cuidadosamente la construcción del mismo, una ventaja que no tiene quien produce un texto oral.
De igual manera, la escritura se ha convertido en soporte de la memoria, mientras que para garantizar la permanencia de la oralidad hay que valerse de recurso nemotécnicos que le garanticen una trascendencia restringida.
La formulareidad
Se trata de la recurrencia de fórmulas o grupos de palabras empleadas regularmente en las mismas condiciones métricas para expresar una idea esencia.
La fórmula es entonces una repetición que se da en diferentes lugares de un texto, o en diferentes situaciones. Para comprender lo que es una fórmula, pensemos en las expresiones de saludo. Al saludar repetimos ciertos segmentos, tales como hola, ¿qué tal? ¿Cómo estás? y esperamos en la respuesta otros como hola,bien, etc. Estas expresiones se encuentran aisladas o en grupos de varias de ellas y significan únicamente 'te saludo', no esperándose encontrar ninguna información referencial en ellas. Más bien sirve a la economía del lenguaje, en el sentido de que no necesita de mucha creatividad.
En la escritura, la formulareidad se encuentra en un grado muchísimo menor que en la oralidad; el lector no espera normalmente encontrar fragmentos repetidos, salvo en algunos estilos de poesía escrita o quizás en cierto tipo de documentos, como en las cartas, en los escritos jurídicos, donde la fórmula dice del tipo de documento pero donde la información nueva está reducida al máximo. Es por ello que el lector espera encontrar la idea escrita como "nunca tan bien expresada".
Oralidad y planificación del discurso
escritura-------------------------------oralidad
planificada---------------------no planificada
Cuadro 1. Oralidad y planificación discursiva
En los extremos de lo escrito y de lo planificado se encontraría, por ejemplo, un artículo científico: se hacen múltiples revisiones, se cuida el contenido pero también el estilo. En el extremo de la oralidad y de lo no planificado tendríamos la conversación informal, por ejemplo una conversación en la cocina de nuestra casa. Pero todo eso es cierto sólo en alguna medida: en lo escrito también se da lo no planificado, o lo menos planificado: una lista de compras, una nota personal, una nota electrónica, podrían encontrarse en este extremo. Asimismo, lo oral puede planificarse hasta tal punto que se puede incluso calcular la entonación: pensemos por ejemplo en un discurso político en el parlamento, o en una oración fúnebre.
Entre las formas más naturales de la oralidad está la conversación, que se tiene también como una forma no elaborada. Sin embargo, si miramos un poco tanto en la tradición de este arte y en los estudios que se han hecho al respecto, la conversación no parece estar libre de normas.
La transcripción de la oralidad
Transcribir la oralidad en escritura, el habla oral en habla escrita, es algo que hacemos naturalmente, porque la traducción de una forma de expresión del pensamiento en otro se da de forma automática. Ese problema se presenta, por ejemplo, con relación a la transcripción de grandes corpus de entrevistas orales, hechas para los fines de estudios sociolingüísticos o bien estudios dialectales de grandes poblaciones.
Parece obvio que la escritura tiene todos los elementos necesarios para la transcripción de la oralidad, signos de puntuación, signos de exclamación, unidades sintácticas como oraciones y párrafos, además de las palabras que se corresponden, creemos, las unas a las otras. Sin embargo, lejos de ser obvio, esto es además, falso. Los signos de puntuación de la escritura no equivalen a las pausas de la oralidad, por ejemplo. Si bien su función es equivalente, la de la ordenación sintáctica del lenguaje, escrito y oral, aquello que ordenan, o mejor dicho, las unidades en las que ordenan, no lo son. Además, las unidades de la lengua oral distan de ser equivalentes a las unidades de la lengua escrita. Tampoco corresponden los signos de exclamación totalmente a la entonación. Aquellos expresan admiración e interrogación, con lo que apenas se refieren a dos formas de interpretar el sentido de lo "dicho", por una parte; por la otra, admiración y interrogación -referidas a la semántica de la frase- pueden darse, por ejemplo, con diferentes entonaciones en los distintos dialectos del español hablado en América.
¿Qué sería entonces una descripción émica, o respetuosa de la oralidad? Tendría que ser objetiva y reflejar a la vez, lo más fielmente posible, el punto de vista del hablante y no el punto de vista del observador. Esto está claro para los campos de la fonética y la fonología o fonémica.
Escritura y poder
Los que poseen el código de la escritura, en las sociedades en donde subsiste el analfabetismo, tienen más poder que los que no lo tienen, entre otras cosas porque no tienen acceso a la información que se transmite por vía escrita.
La distancia social que existe entre oralidad y escritura podría entenderse como un tipo de diglosia entre estas dos formas, de una situación de bilingüismo estable en la que un mismo grupo comparte dos códigos, uno de los cuales tiene un estatus sociopolítico inferior; el código alto cumple entonces las funciones de gobierno, educación, religión, etc. y el bajo queda relegado al hogar, a la familia y a los amigos.
La oralidad como intertexto
La intertextualidad del lenguaje puede verse en dos sentidos; en el primero, en lo referido a la existencia de una lengua a través del tiempo, en el segundo, por el hecho de que la producción del significado es colectivo.
Puede pensarse que también hay una intertextualidad entre las formas orales de producción del lenguaje y las formas escritas. Aunque distintas, ellas no existen en mundos separados y más que de influencia de una sobre la otra podemos hablar, al modo de Bakhtin, de intertextualidad. Sentimos, así, muchas veces, que hay gente que habla como si estuviera leyendo, porque su producción oral tiene la forma de los textos escritos, como es el caso, por ejemplo de las conferencias científicas o de conversaciones muy formales; a su vez, los profesores de lengua quisiéramos enseñar a los alumnos a pensar en lengua escrita, como si estuviéramos enseñando otro idioma.
La gramática de la oralidad
Se refiere a la lengua hablada, por oposición a la lengua escrita. A veces, nos referimos también al habla como sinónimo de oralidad, aunque no podemos olvidar que, en Lingüística, habla es uso, por oposición a sistema, según la tradición saussureana. Tanto la oralidad como la escritura forman parte del concepto de habla que oponemos al de sistema.
Si bien tratamos de oralidad y escritura como generalidades, tendremos presente que se trata de formas variables del lenguaje.
La prosodia
Si bien hay consenso sobre el hecho de que la prosodia está más allá de las unidades segmentales, no lo hay en cuanto a cuáles de los mecanismos forman parte de ella. En realidad, parece más un problema de nomenclatura que de otra índole.
Podemos decir que la prosodia forma parte esencial de la Lingüística y que tiene un papel importantísimo que cumplir en la organización de la lengua hablada. Como elemento lingüístico que es, tiene necesariamente dos estratos: una sustancia y una forma, según la terminología de Hjelmslev (1972, 1984) relacionada la primera con el plano del contenido descrito por Saussure, y la segunda con el plano de la expresión. Preferimos la terminología hjelmsleviana porque ilustra de forma más sencilla las relaciones entre la lengua como abstracción y el habla como uso real del lenguaje. Si bien ha habido alguna discusión sobre el hecho de que la prosodia sea parte integrante de un nivel de análisis lingüístico, opiniones como la de Quilis (1993) solventan el caso cuando dice: "La cuestión se centra principalmente en que la entonación, como todo enunciado lingüístico, posee una sustancia y una forma" (Quilis, 1993:410).
Sustancia de la prosodia
La prosodia constituye, entonces, la infraestructura rítmica de la lengua hablada, su organización en el tiempo, y contribuye a facilitarle al hablante la retención de ciertos segmentos en la memoria. Podemos ver, que la prosodia está formada por una serie de parámetros que el hablante no percibe indiscriminadamente, sino como un todo. Ese todo le confiere también una totalidad de significados, que se perciben como un conjunto, pero que podemos discriminar en el análisis.
Forma de la prosodia
Hasta ahora hemos visto, muy someramente, algunos de los elementos que constituyen la sustancia de la prosodia. Pero no hemos hablado todavía de cómo todo ello contribuye a darle sentido al habla, es decir lo que hace de esos parámetros elementos lingüísticos, es decir, al formar parte del sistema de la lengua y adquieren un valor simbólico.
Las inflexiones melódicas de la palabra sirven juntamente a la declaración del pensamiento, a la expresión de los movimientos del ánimo y a la manifestación de hábitos y maneras de decir de carácter local. Se puede considerar la entonación desde el punto de vista ideológico, emocional o idiomático, si bien no es nada fácil delimitar, sobre el fondo común en que estos hechos se producen, la proporción y medida que a cada uno de dichos aspectos corresponde (Navarro Tomás, 1963:8).
La pausa
La organización y delimitación del hilo fónico se efectúa gracias a parámetros prosódicos, como vimos anteriormente. En este apartado trataremos otro de los elementos de la prosodia, como es la pausa, que definiremos grosso modo como la detención de la información.
La pausa escomo "aquella unidad de tiempo donde no hay fonación".
Prosodia y transcripción
sintáctica semántica cognitiva fonética
Frase o cláusula Unidad de sentido Unidad de información Unidad de entonación
Esto está relacionado con factores cognitivos, como dijimos anteriormente, debido a la capacidad de procesamiento de esa misma información. A grandes rasgos, una línea de oralidad transcrita estaría formada por una cláusula.
El ritmo
Íntimamente ligado con el tiempo. El ritmo ha sido estudiado como elemento del arte verbal, de la performancia (Kaiser 1961, en Álvarez y Domínguez, 1999). Hay un ritmo natural que está en la vida misma. Las funciones básicas de nuestra vida, la respiración y la circulación se realizan rítmicamente a través de funciones repetidas y alternantes. El ritmo vital está íntimamente ligado a la producción del lenguaje, el aparato fonador tiene una doble función: garantizarnos el oxígeno y la comunicación.
Además del ritmo natural hay un ritmo planificado en el lenguaje, creado por el hombre y por ende, artificial. Distinguimos del ritmo, elemento intrínseco del lenguaje, del metro, creado artificialmente por el verso. Los oradores griegos estuvieron cons-cientes de la importancia del ritmo para el lenguaje; Cicerón lo concibe como un medio lingüístico para conseguir un buen estilo.
El ritmo realza tanto lo conceptual, como la feliz elección del léxico y la formación del texto. Así lo dice Cicerón, en El Orador. El ritmo realza las ideas y las palabras elegidas y hace la diferencia entre prosa y poesía.
El ritmo está constituido básicamente por la repetición de un patrón y es esencial para la percepción de los acontecimientos que ocurren en el tiempo. Se da entonces como vimos en la vida humana, pero también en la música, y en el lenguaje.
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Buenas tarde para todos, de acuerdo al documento la oralidad no solo habla de las expresiones verbales sino de cómo se caracterizan por su informalidad, tiene mayor adaptación de comprender mejor el desarrollo del lenguaje, tiene estrategias que en lo escrito no se puede dar, esto se opera a partir de sonidos y pensamientos.
ResponderEliminarLa oralidad costa de un proceso mnemotécnico para garantizar una transcendencia restringida.
Está existe sin la escritura en cambio la escritura no puede existir sin la oral
Pero también vemos que la escritura tiene mayor seguridad al crear el contexto puede construirlo de distintas maneras es algo limitado para poder entender y se presenta en el uso formal del lenguaje, esta equilibra las desigualdades dialectales.